La mayoría de las manchas se pueden quitar lavándolas con un detergente suave.
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Para las manchas rebeldes, use un limpiador doméstico abrasivo de dientes seguido de encerado para restaurar el brillo original.
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Para manchas no solubles en agua, como grasa, aceite y marcas de tacones de caucho, use un solvente como acetona, alcohol isopropílico, tolueno o xileno, seguido de un detergente suave.
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Si estos solventes no son efectivos, pruebe con un compuesto de frotamiento o lijado fino seguido de encerado.
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